miércoles, 17 de septiembre de 2014

REFLEXIÓN - RECONEXIÓN / VIAJE INTERIOR

Nuevas reflexiones internas y externas son necesarias. La conciencia  se revela frente a quien se experimenta así mismo. Re- conocer tu poder.

Durante siglos hemos buscado el Poder fuera; en los padres, en los dioses, en los superiores, en los reyes, en los sabios, en magos, en la medicina, en la religión,... Ahora entendemos que el poder sólo lo encontraremos dentro de nosotros mismos.

¿Quién más que uno mismo tiene poder sobre sí?

¿Quién tiene el poder de pensar en nuestra propia mente?

¿Acaso alguien puede impedirnos elegir tener pensamientos de prosperidad, puede alguien impedirnos actuar desde el amor, puede alguien frenarnos en aumentar nuestra propia felicidad?

Nadie puede obligarnos a tener ideas negativas, tristes, catastróficas, dañinas…Pues nadie se puede meter en nuestra cabeza, ni tampoco sentir por nuestro propio corazón.

Dentro de todos y cada uno de nosotros brilla un poder interior que se expande en función de nuestras vivencias y comportamientos. Él nos guía natural y amorosamente hacia la salud perfecta, la pareja perfecta, la profesión perfecta y nos ofrece la prosperidad en todo aquello que deseamos.

Nuestro poder interior es el motor de nuestra felicidad.

Cuanto más consideramos esta guía, esta esencia, ese poder interior, dale el nombre que tú sientas más apropiado para ti, cuanto más cultivamos el amor en los gestos, ideas y pensamientos de nuestro cotidiano, más lo hacemos nuestro a la vez que nos convertimos en Él. Amarnos a nosotros mismos es reconocer esa guía, es crecer con esa luz y hacer que se expanda libremente desde nuestro interior hacia su fuente, el mismo universo.



El peligro reside en el OLVIDO de Quiénes somos y qué hemos venido a hacer en este rincón de Universo, qué tipo de sentimientos hemos venido a experimentar como seres humanos, a compartir y expandir en este mundo. El peligro reside en olvidarse de que todo este viaje ha sido programado y deseado por nuestra esencia divina.

Abandonarnos es darle la espalda a esta Realidad. Olvidarnos de ser felices es convertirnos en seres prisioneros de la incapacidad (no soy capaz de esto, no voy a lograr lo otro, no me merezco esto, esto no es para mí…), en víctimas de los demás (si mis padres se hubiesen comportado de otra forma, si mis hermanos me hubiesen entendido,…), nos convertimos en ciegos ante nuestra propia responsabilidad. En inválidos a la hora de aumentar nuestro propio poder interior. Nos convertimos en el renegado ante nuestro único guía interior. Negar nuestras capacidades nos convierte en víctimas. Entonces surgen: el desamor, la rabia, el resentimiento, la tristeza, el dolor, la enfermedad y todo sentimiento de incapacidad, de autocrítica,…como llamadas de atención para decirnos: ¡ojo, que no es por ahí! ¡Qué eso no te hace feliz!

La única forma de volver a uno mismo es darse cuenta de que todos y cada uno de nosotros somos uno y la misma cosa con el Poder Universal. Somos parte del Universo creador de todo y formamos una unidad con él. Esencialmente somos perfectos y no importa qué hayamos hecho o dejado de hacer en esta vida pues nuestra parte esencialmente pura siempre permanece inalterable, perfecta, divina. Nuestra única responsabilidad en este mundo es aumentar esta realidad. Gozar gracias a nuestra parte amorosa, bondadosa, a la felicidad que siempre está ahí, en tí.

Cuanto más le damos la espalda a nuestro poder interior, a nuestra parte pura y divina más nos cuesta luego re-conectar con él, ser guiados. Así, en lugar de ser guiados por nuestro corazón somos guiados por nuestra mente. Pues ésta, contrariamente a lo que terminamos creyendo no es mala por naturaleza sino que abandonada ella también por las riendas del corazón, nos engaña y nos priva de nuestra felicidad como la hemos privado nosotros mismos de su mejor amante, el corazón. Entonces nos hace creer cosas que no son verdad, nos hace actuar como nuestros padres, abuelos, maestros, etc. Nos hace olvidarnos de quienes somos.

La única vía posible para ser feliz es conectar con este puntito de luz que hay en nuestro interior, nuestro poder. Cuanto más vivamos de acuerdo con nosotros mismos, amándonos y siendo felices, más crece nuestro poder y así más fácilmente somos guiados hacia nuevas situaciones y relaciones que nos hacen sentir vivos. Cuanto más usamos nuestro corazón más crece nuestro Poder.

Hay personas que creen que siendo muy buenas con los demás, y aunque se olviden de sí mismas, serán buenas y así crecerá su bondad (poder interior). No obstante estas personas se olvidan de que nadie puede amar al prójimo ni hacer el bien si no lo hace primero con uno mismo, es decir, directamente con la esencia misma.

Pues el único deber que tenemos que cumplir es el de expandir, ante todo, nuestra propia luz. El que no se ama, se da la espalda y no crece en armonía con el sentido universal, no tiene amor que ofrecer.

El que no es bueno consigo mismo, no puede actuar desde su corazón.

Algunos pasos para retomar nuestro poder:

Asumir nuestra responsabilidad: somos los únicos responsable de nuestra felicidad. De nada sirve mendigar a otros que nos hagan felices, ni tampoco culpar a otros y responsabilizarlos de nuestra propia infelicidad. Por mucho daño que nos hayan podido hacer sólo nosotros tenemos la llave de nuestros pensamientos y sentimientos. Sólo nosotros somos responsables de perdonar. Esto es un acto propio del único corazón del que disponemos. Aquí se encuentra la verdadera liberación del agredido.

Atreverse a expresar nuestros sentimientos. Durante siglos hemos sido enseñados a que expresar emociones era cosa de débiles o de maleducados. La expresión de la rabia ha sido crudamente censurada, especialmente en la mujer. La tristeza y el llanto resultan insoportables para la mayoría: cuántas veces habremos visto a adultos animando a un niño que se ha hecho daño, a callarse y cortar su llanto, cuántas veces les podemos escuchar diciendo: no es nada. Pero al niño le duele. Reconocer el dolor lleva a tranquilizarse o tranquilizar al otro. Negar el dolor es automáticamente aumentarlo. Negar es un modo de enseñar, y así se nos ha enseñado, que las emociones, los dolores, no importan, no son nada. Y así aprendemos a tragar en vez de sacar y limpiar.

¿Cuántas emociones habremos tragado con los años…?
¿Cuántas emociones reprimidas llevamos con nosotros cada día?
¿Cuánto daño nos hacemos expandiendo así el malestar por no enfrentarlo y sacarlo?
Reprogramar nuestra mente con nuevos pensamientos de valía y merecimiento alegra a nuestra más potente herramienta que es el corazón. Devolverle su guía la hace renacer:
Me merezco lo mejor y ahora lo acepto

Soy una y la misma cosa con el Poder que me ha creado

Me amo y me acepto exactamente tal y como soy

La felicidad corre por mi vida como la sangre por mis venas
Realizar afirmaciones cada día es una eficaz forma de reorientar nuestras convicciones sobre nosotros mismos, la Vida,…

Ahora elijo detectar e identificar los obstáculos que me señalan mi equivocación, que me sugieren el nuevo camino que puedo tomar. Me autorizo a salir de las situaciones que puedan frenar mi vivencia de la felicidad. Estoy a salvo creciendo. 

Compilado Anónimo Donoso.
http://crecimiento-personal.innatia.com/

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