lunes, 9 de septiembre de 2013

EL ARTE DE LA MEDITACIÓN

Entender el proceso del pensamiento nos lleva indudablemente a la paz del silencio. La mente generadora de lógica debe dar espacio para la observación interior. Hay muchas técnicas de meditación, cuyo objetivo fundamental es alimentar al  alma y nutrirla de paz.

Cuando uno quiere entender un motor, debe desarmarlo para poder comprender la función que cumple cada pieza para todo el conjunto. 
Cuando uno quiere conocerse a sí mismo debe aprender a desarmarse y explorar todas sus piezas psicológicas y emocionales para poder entender la función que cumplen en su vida. 

¿Qué es la meditación?

La meditación es una dinámica para liberar la conciencia de la incesante actividad del pensamiento. La mente es inquieta por naturaleza y siempre está proyectando todos los contenidos que ha acumulado en el pasado. Esta agitación inconsciente limita nuestra percepción de la realidad, genera tensión y condiciona todas nuestras acciones. La meditación es una forma de abordar, entender y resolver esa problemática de la mente humana que es el origen del sueño de la conciencia. Existen muchas clases de meditación. La clásica o tradicional se basa en prestar atención a la inquietud de la mente, evitando sumergirse en todos los pensamientos que van surgiendo de ella. Cuando no hay identificación con los pensamientos, la mente se aquieta y la conciencia se libera. Sin embargo, la libertad que ofrece esta clase de meditación es “condicional” y se pierde una vez que volvemos a enfrentarnos con los eventos de la vida. Existe otra clase de meditación que no persigue la quietud de la mente sino la comprensión de su actividad. Es la meditación del auto conocimiento o meditación reflexiva. Esta meditación consiste en estudiar y cuestionar todos los contenidos de la mente para poder entender su actividad desde las raíces y alcanzar comprensión de los procesos psicológicos que se manifiestan detrás de cada uno de nuestros actos. Meditando podemos descubrir que muchas de nuestras tendencias, creencias, temores, prejuicios, manías, complejos, etc. Existen y permanecen en nuestra psicología porque jamás hemos cuestionado ni revalorizado sus fundamentos ilusorios, absurdos y contradictorios. Cuando observamos y comprendemos los procesos, vínculos y organización de nuestra estructura mental, no solo liberamos la conciencia de todas las cargas absurdas e innecesarias. También rescatamos la sabiduría y el entendimiento que nos puede ofrecer el estudio de la psicología humana. Por eso se dice que “La meditación es el pan del sabio”.


La meditación del auto conocimiento es fundamental para el surgimiento de la madurez y de una recta percepción de la vida. Debería ser tan importante y cotidiana para el ser humano como comer o como la satisfacción de cualquier otra necesidad básica principal. Esta meditación es sencilla y no requiere de posturas místicas, complicaciones ni artificios de ningún tipo. La verdadera meditación está muy lejos de todas las figuras románticas, pseudo místicas y extravagantes que actualmente son difundidas por todos lados.

Los procesos psicológicos

Conocerse a sí mismo a través de la meditación es descubrir y entender los innumerables procesos que constantemente tienen lugar en nuestra psicología. Un proceso psicológico es una cadena de información que se manifiesta detrás de todo gesto, palabra, sentimiento o acción.

Todas nuestras acciones tienen un fundamento oculto que se extiende hacia el interior de nuestra psicología como la raíz de un árbol llena de ramificaciones. El agrado, la cobardía, la atracción, la envidia así como todas las conductas y sentimientos buenos y malos se apoyan sobre información que alguna vez se introdujo en alguna experiencia de la vida. La mayoría de personas se entregan a sus sentimientos y reacciones sin saber cuáles son las bases y fundamentos de las mismas. Recordemos que casi todos los actos humanos poseen motivaciones ocultas que son desconocidas por su propio autor. Nos haremos conscientes de esto si ponemos en actividad el cuestionamiento y la atención receptiva. Entonces no solo podremos percibir los actos, gestos y sentimientos que se manifiestan en nuestra conducta exterior, sino también las raíces que los originan. El hecho de observar los diferentes eslabones de nuestros procesos psicológicos nos permite descubrir el grado de ilusión, incoherencia y contradicción que caracteriza la mayoría de nuestros contenidos mentales en los que nos apoyamos para actuar. Entonces de esta percepción surge la comprensión.

¿Qué es la comprensión?

La comprensión es DARSE CUENTA de algo. Comprender es revalorizar nuestra perspectiva con nuevas percepciones. La comprensión adviene cuando nuestra conciencia entiende algo a través del contacto directo con el fenómeno. También es lo que se conoce como “tomar conciencia”. 
A través de la meditación del auto conocimiento podemos percibir la verdad que está contenida en nuestros valores psicológicos. De este contacto surge espontáneamente la comprensión y de la comprensión surgen el cambio, la sabiduría y la libertad autentica. El contacto con la verdad es liberador y por eso decía Jesús: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” Todas Las contradicciones que cargamos en la psicología se revelan cuando las observamos atentamente sin la influencia de los prejuicios, condenas o justificaciones. Entonces surge la comprensión.

Represión vs comprensión

Cuando pretendemos modificar nuestros actos sin adquirir comprensión de los mismos, terminamos produciendo cambios superficiales que están fundamentados en la represión.
Al reprimir contenemos una actitud pero no la cambiamos. Las conductas reprimidas son restringidas por la voluntad, pero en el fondo siguen existiendo y luchando por manifestarse.
La meditación es una herramienta muy importante cuando aspiramos al cambio verdadero y radical, porque nos permite entender el funcionamiento y la estructura del sistema psicológico en el que se fundamentan todos nuestros actos y determinaciones.
La mayoría de personas que quieren modificar algo de sí mismas cometen el error de luchar y controlar superficialmente sus conductas o actitudes sin trabajar sobre ellas en el campo psicológico donde se originan. Esto es similar a una persona que quiere quitar un árbol de su patio o jardín y lo poda superficialmente dejando intactas las raíces. Cuando las raíces permanecen, el árbol sigue vivo y continua alimentándose a un nivel imperceptible. Es solo cuestión de tiempo para que vuelva a retoñar nuevamente a la superficie. Así mismo, todas las conductas reprimidas pueden ser contenidas por mucho tiempo, pero en el fondo las causas continúan vivas porque no han sido comprendidas.

Compliado: Anonimo Donoso

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