domingo, 29 de septiembre de 2013

ACTIVA LA RESILIENCIA

La compresión y la practica de acertadas rutinas nos facilita un estado de equilibrio, activando la conexión con el espíritu y ayudando a liberar la mente.

El término resiliencia se refiere a la capacidad de los sujetos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y traumasDesde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos (Instituto Español de Resiliencia)

En ocasiones el clima social, las circunstancias o el drama nos hunde en la depresión y el dolor, son muchas las causas que pueden doblegar tu espíritu, haz de tu espíritu una fortaleza inaccesible al mal y un jardín donde resida el bien.

Una serie de consejos sacados de varios autores con los que conseguirás obtener Resiliencia:

Conoce tus límites: las personas resilientes saben hasta donde pueden llegar y se autocontrolan en las situaciones limite.

Mantén unas buenas compañías: Aléjate de aquellos que no solo se derrumban solos si no que intentan derribarte en su caída, acércate a aquellos que son fuertes de espíritu y capaces de elevarte cuando el suelo tiembla ante tus pies.

Cultivar la autoconciencia: La ignorancia puede evitarnos el dolor, pero no es una estrategia sostenible, al igual que el avestruz esconde su cabeza bajo tierra cuando el huracán acecha, esa actitud no evitará el desastre; afronta los problemas de manera deportiva, nunca intentes atacar la dificultad desde el drama.


Practica la Aceptación: cuando se produce un mal, una contrariedad o un drama, nos aferramos a rechazarlo; debes aprender a aceptarlo, si quieres vencer a la fiera que te amenaza, primero debes aceptar que existe.

Busca momentos de Silencio: el ruido reduce tu resistencia, busca la calma fuera de estímulos externos y en ella encontrarás el elixir de la fuerza.

No busque todas las respuestas: es mejor sostener una pregunta que buscar una falsa respuesta, no busques justificaciones, no existen, en ocasiones las respuestas se esconden como la serpiente de la presa.

Habitúate a Cuidarte: cada cosa que te haga sentir bien, debes practicarla desde la moderación, cada cosa que te haga sentir mal, debes rechazarla sin moderación. El cuidado de uno mismo nos hace inaccesible a los estímulos negativos.

Acércate al fuerte: para superar la adversidad refúgiate en la compañía del fuerte, si quieres superar al huracán, solo la resistente caverna te refugiará, las ramas del árbol no son un buen lugar donde esconderse.

Considera las posibilidades: aprende a descubrir que debes cambiar y que debes mantener, se objetivo en tu elección, recuerda que en ocasiones las piedras no están el camino, residen en tus sandalias.

No olvides de sacar los pensamientos dañinos de tu cabeza: una excelente forma es escribiendo aquello que te deprime, puedes utilizar un blog, una red social o una simple hoja de papel, empieza sacando aquello que tienes dentro al exterior.

“No podemos ayudar a una persona a menos que al mirarla veamos la belleza que hay en ella. No se ayuda a una persona aislando lo que anda mal en ella lo que es feo, deformado. Cristo miraba a todas las personas que encontraba, la prostituta, el ladrón y veía en ellos la belleza oculta. Tal vez era una belleza deformada, arruinada, pero sin embargo, belleza y Él hacía de manera que esta belleza surgiera. Es lo que debemos aprender a hacer con los demás. Pero, para lograrlo necesitamos ante todo tener un corazón puro, intenciones puras, la mente abierta, cosa que no siempre es así... para poder escuchar, mirar y ver la belleza oculta. Cada uno de nosotros es imagen de Dios y cada uno de nosotros se parece a un icono dañado. Pero si nos dieran un icono deteriorado por el tiempo, por los acontecimientos, o profanado por el odio del hombre, nosotros, con el corazón apenado lo trataríamos con ternura y reverencia. Nos importaría poco que esté arruinado porque seríamos sensibles, justamente a la desgracia de que esté dañado. Daríamos importancia a lo que resta de su belleza y no a lo que ha perdido de ella. Es así como debemos aprender a actuar con respecto a cada persona." Monje Anthony Bloom.


Compilado: Anónimo Donoso
www.mundodesconocido.es

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